Hola de nuevo!
Hoy tengo el gusto de presentarles un artículo que escribimos para la revista CAVECOL (Camara de Integración Económica Venezolano Colombiana) publicado en su edición 14 de diciembre 2012, sobre la Resiliencia, espero lo disfruten.
En todos los aspectos de la vida se experimentan cambios constantes y las organizaciones no están excluidas de esta realidad.
Actualmente, situaciones económicas, políticas y sociales, la globalización, las nuevas tecnologías y los cambios de mercado afectan continuamente a estas instituciones, enfrentándolas a escenarios que no siempre están listas para asumir y afrontar.
Son muchos los estudios comparativos, en los cuales se han evaluado empresas exitosas que han logrado no solo sobrevivir a las crisis y cambios abruptos, sino que también han experimentado un crecimiento importante en términos de mercado, finanzas y de talento humano. Cuando se analizan estos casos, todas estas empresas tienen un factor común que se encuentra presente en sus líderes y en su personal, que forma parte de la cultura organizacional de la empresa: La resiliencia.
Las empresas resilientes son capaces de adaptarse rápidamente a los cambios, transmitiendo optimismo ante las adversidades, creando oportunidades en situaciones complejas, que posteriormente pueden ser replicadas hasta llegar a convertirse en estándares de desempeño colectivo.
Una empresa resiliente está conformada por líderes y equipos resilientes que hacen que las cosas sucedan de forma adecuada. Entre sus características cuentan la Introspección, como la capacidad de observarse y examinarse internamente, planteándose preguntas y respuestas honestas ante los conflictos o crisis que se presentan. Luego está la Independencia, que refleja la necesidad de contar con seres autónomos capaces de responsabilizarse por las decisiones y los resultados que obtengan. También juega un importante papel la Interacción, resumida en la capacidad de establecer lazos de confianza entre sus pares, subordinados y líderes. El equipo debe tener Iniciativa, indispensable para generar opciones y hacerse cargo de los problemas, ejerciendo control sobre ellos. En la misma línea, debe ser Creativo y tener la habilidad de proponer nuevas alternativas ante las adversidades. Y finalmente, manejar el Sentido del Humor, como una fuente de optimismo y liviandad antes las situaciones adversas, consiguiendo así, que las mismas sean percibidas como parte de un proceso de aprendizaje.
Toda situación por muy negativa que sea tiene un lado positivo. Son oportunidades que se presentan para descubrir nuestras capacidades y ponerlas en práctica ante nuevas situaciones.
La resiliencia es una habilidad que puede ser aprendida y desarrollada por cada una de las personas que conforman una empresa, apoyándose en las políticas de Gestión de Talento Humano que maneja la empresa.
Para alcanzar con éxito el objetivo, existen tres focos importantes dentro de la organización para gestionar personal resiliente:
· Planificación y organización: Organizar mesas de trabajo o sesiones individuales de Coaching ejecutivo con los colaboradores de cada área, para fomentar la comunicación y en las cuales se hable acerca de la prevención de crisis, según sea el caso. Este ejercicio permitirá de alguna manera medir el comportamiento del colaborador e identificar las emociones y actitudes que presenta frente a situaciones de crisis.
· Cultura organizacional: Crear planes que permitan cultivar la resiliencia, a través de la cultura organizacional de la empresa, para apoyar y alentar la resiliencia individual. Haciendo hincapié en la “aceptación al cambio, promoción del aprendizaje, atención a todo aquello que funciones correctamente, conexión con la misión y valores, comprensión de la identidad y trabajo a través de otros”. (Pulley, 2004)
· Capacitación de líderes: Otro de los factores Claves para desarrollar talento humano resiliente está en la acción enfocada a los líderes, puesto que son las personas encargadas de conducir a la empresa hacia el logro de sus objetivos. El trabajo como líder debe estar enfocado en:
o Fortalecer vínculos con los colaboradores que dirige.
o Reforzar competencias que se refieran a la colaboración, asertividad, manejo del estrés y promoción de ambientes saludables.
o Aprender a ser capaces de brindar apoyo y afecto a las personas, motivar y sobre todo mirar los errores o faltas como transitorios.
o Promover la participación de los colaboradores, haciéndolos partícipes en la toma de decisiones, generación de nuevas opciones y búsqueda colectiva de soluciones.
Para que una empresa sea reliliente, los individuos que interactúan dentro de ella también deben serlo. Si aplicamos las sugerencias previas al perfil de nuestras organizaciones, debemos ser y estar rodeados de personas capaces de adaptarse a la incertidumbre de la crisis y los cambios que la acompañen, para salir fortalecidos tanto personal como empresarialmente.
Por: Adriana Petit, coach transaccional y Master en PNL; Joaquín Rodríguez, coach profesional y especialista en AT; Arturo Barreto, coach profesional y especialista en AT.
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